Entrevista exclusiva: Enrique Javier de Lara, autor de FU-CHONG y los ciclistas chinos



Enrique Javier de Lara

Como me sucede tantas veces (supongo que a otros les ocurrirá de modo parecido), la idea de Fu-Chong y los Ciclistas Chinos, parte de una simple observación, alimentada después por aquellas circunstancias que, de manera ficcional, incorporo a la propia historia. En este caso fue la reiterada aparición de un grupo de ciclistas chinos, ciclistas urbanos, mujeres y hombres, que a diario observaba transitando en las cercanías de mi casa; marchaban siempre agrupados, silenciosos, en peregrinación, como si se dirigiesen a un lugar al que no deseaban ir, pero al que desconocidas circunstancias los empujaban.

Hace años era bastante anárquico y poco disciplinado, pero con el tiempo y el ejercicio de la escritura, poco a poco comprendí que, para dotar de solidez a lo que cuento, necesitaba de un “orden básico”, por eso ahora, suelo confeccionar un boceto de lo que pretendo que me sirve de arranque; incluso, cuando luego, tengo más o menos claro lo que deseo relatar, incorporo pequeños resúmenes del contenido de cada capítulo. Esto no quiere decir que, si lo estimo conveniente, trastoque párrafos o incorpore/suprima… ideas que convienen más que otras. Ocurre, sin embargo, que esto último que digo, suele producirse una vez que tengo armado un primer borrador del texto.

3- ¿Qué desafíos enfrentas durante el proceso de escritura?

El desafío para mí, siempre radica en dar coherencia a la historia que cuento; solo si el borrador preliminar me convence, seguiré porfiando y profundizando en esa idea del texto que, con frecuencia, es alimentada por la propia vicisitud de los personajes quienes, en definitiva, con su interactuación subjetiva son los que acaban marcando el ritmo y la eficacia del relato.

4- ¿Quiénes son tus autores o libros favoritos? ¿Cómo te han influido?

He leído lo suficiente, como para poder escoger a muchos. Comencé a leer desde niño y según fui creciendo y conociendo autores, estos fueron ocupando ese lugar de favoritos; por supuesto, la influencia de todos ellos en mi manera de pensar y luego de escribir mis propias obras es grande; por referirme muy por encima a un orden cronológico puedo decir: Daniel Defoe, Julio Verne, A. Dumas, “El Lazarillo de Tormes” (uno de mis favoritos), Cervantes, Tolkien, Galdós, Delibes, Cortázar, Vargas Llosa, G. Márquez, Chirbes… ¡Hay tantos que me han dejado su poso!…

5- ¿Qué géneros o estilos te gustaría explorar en tu propia escritura?

Como decía Cervantes refiriéndose a la lírica: “la gracia que no me ha dado el cielo”. Y el caso es que ese ámbito lo tengo explorado, pero no me acaba de convencer lo que hago. Puedo decir que, a día de hoy, existe un muestrario amplio de mis textos publicados o en camino de ello, toco todos los géneros y subgéneros, pero la poesía la tengo un tanto aparcada. Lo mismo cualquier día un editor me dice que no soy tan malo, veremos…

6- ¿Hay algún libro o autor que te haya marcado de manera significativa?

Esta pregunta creo que guarda mucha relación con la 4, pero sí claro, ha habido autores que me han marcado mucho y otros a los que, cuando he vuelto a releer, me han decepcionado un tanto, supongo que en ello tengo culpa yo mismo, aunque nos creamos que así es, la vida, la experiencia y las circunstancias vividas nos trasforman. De cualquier manera y para no desviarme del tema, voy a citar tres autores y sus obras que me marcaron mucho: EL JARAMA (Ferlosio), LAS SONATAS (Valle Inclán) y RAYUELA (Cortázar).

7- ¿Cómo creas a tus personajes? ¿Qué características les das?

El personaje deriva de la historia y viceversa. Generalmente, tengo una idea preconcebida de cómo deseo que piense y se comporte mi personaje principal; también procuro dotarle de un físico, aunque no soy de los que se recrea en dar demasiados detalles al respecto, con frecuencia unas cuantas “pinceladas” resultan efectivas, el lector, que no es tonto y además gusta manejar su propio criterio, ya terminará por adaptarlo a sus gustos. En cuanto a las características de los personajes, vuelvo a ceñirme en lo que indica el devenir de la historia. Solo en aquellos que arman el eje del texto, me entretengo en bucear en su intrahistoria. No soy muy dado a recrearme demasiado en los personajes periféricos, me gustan los héroes y defino con claridad (creo) a los “malos”.

8- ¿Cuál es el personaje más complejo que has creado? ¿Por qué?

Por lo común, me resultan más complicados aquellos personajes a los que su vida interior les atormenta o preocupa por las razones que sean. Tengo varios personajes en este sentido complicados y en los que continúo buceando para procurarles una coherencia (estoy hablando de personajes de novelas aún no publicadas pero escritas, o escritas a medias…, por lo que no puedo decir mucho más). De mis textos publicados, ahora mismo pienso en “SEÑORPÁJARO” y el personaje del padre de la protagonista que, aunque inspirado en alguien muy cercano a mí, significó un reto en el sentido de intentar dibujar a un anciano al que los problemas de la edad, su imaginación y la realidad vivida y poco percibida, se le mezclan en un batiburrillo al que debe enfrentarse cada día de su existencia que se acaba…

9- ¿Cómo manejas la evolución de los personajes a lo largo de la historia?

Mis personajes, casi siempre “buscan”, les sucede un poco lo que les sucede a los personajes de Baroja: la existencia es ese lugar en el que un día de pronto somos conscientes de encontrarnos (aunque existen muchas personas que no lo sean, pero en fin…) y donde tenemos que forjar nuestro futuro a base de aprendizaje, de actuar y equivocarnos, de progresar, de fijarnos un objetivo o una meta.

10- ¿Qué temas o mensajes te gustaría transmitir a través de tu obra?

Me gusta dibujar la vida de otros, personajes que en muchos casos están basados en perfiles reconocibles, en personas que existen en realidad, en circunstancias tangenciales de mi propia vida y por lo tanto dimanadas incluso de frustraciones o fracasos personales. De cualquier manera, procuro en los finales de mis historias, que estos permanezcan abiertos o entreabiertas, para que al lector no le quede mal sabor de boca; en realidad soy un optimista romántico al que le gustan los finales felices. Me encanta, la solidaridad, el esfuerzo que requiere comprender al prójimo y al propio individuo.

11- ¿Qué tipo de lector te gustaría atraer con tu obra?

A todo tipo de lectores, pero creo que eso no es posible. De cualquier manera, como mis textos recorren muchos tipos de personas y circunstancias, estimo que cualquier lector con ganas de leer una historia puede sentirse atraído por una novela mía en cualquier momento. Creo, no obstante, que el lector que más va a mis textos, es aquel que no busca que se lo den todo “mascado”, humildemente, opino que mis relatos son “sugeridores” de diferentes perspectivas y apreciaciones; ahí es donde entra el lector.

12- ¿Qué crees que la comunidad de lectores puede hacer para apoyar a los autores?

Sin duda, el lector debe ser exigente e inconformista. Quiero decir que si nos dejamos guiar por lo que nos marca la publicidad y lo que se nos dice debemos leer, mal vamos. Cada generación produce una serie de escritores de primera línea que generalmente no son los que más venden y en los tiempos que corren esta circunstancia se agudiza mucho más. Yo creo que ciertas redes sociales y cierto criterio personal no debe descuidarse a la hora de buscar qué leer, el problema es que, en muchas ocasiones, la buena literatura queda eclipsada por las promociones de textos que solo significan ventas para los grandes grupos editoriales, de ellos, un pequeño porcentaje es verdaderamente bueno. Yo siempre digo: Lector, infórmate, busca, bucea en las bibliotecas incluso, pregunta a otros y no te fíes de lo que se anuncia en los medios a todas horas.

Deja una respuesta